sábado, 10 de enero de 2009

MELANCOLÍA DE LA RAZÓN

Siendo sábado en la mañana, a esa hora en la que amaneces ni tan dormido ni tan despierto (5:30 a.m. y 6:30 a.m.). He despertado pensando y divagando, sin mencionar al impertinente que estuvo marcando ebrio y diciendo que le gustaba; quiero pensar que se confundió de teléfono, cosas de borracheras. Puede que consiga generar un tumor por el sumo esfuerzo que realiza mi débil cerebro, pero es cierto. Pensé. Y creo que bien. No solamente volaron pensamientos húmedos. También unos cargados de reflexiones. Aquellos que cometemos los seres humanos al recordar el gran regalo que nos ha dado ese ser superior que alguno no creen, o, simplemente le cambian el nombre, o, se diferencian en él la manera de expresarle su adoración. El razonamiento es el gran diferenciador entre nosotros, los seres humanos y los animales domésticos y salvajes.

Al levantarme esa mañana, sólo pensé en lo difícil que es para los seres humanos ser racional, pero si no hacemos uso del gran don que tenemos en nuestras manos pasaremos por éste encantador mundo sin pena ni gloria, pasaremos de ser los héroes que construyeron con su don de transformar esas cosas difíciles en realidad, a los villanos mediocre de algún capítulo de Padres e Hijos. Se puede argumentar que grandes líderes de la historia han desarrollado éste don al igual que nosotros, pero con gran infortunio, lo emplearon erróneamente en sucesos de su vida; la cual pensaron que sólo afectaba a ellos y que esos hecho buenos que habían realizado mitigarían cualquier error, valiéndole de nada… ¿no es así?. Ningún error deja de ser error, ni puede ser justificado. 

Ya tengo dolor de cabeza y el montón de ideas, que son pocas. Huyen de mí – me es difícil concentrarme en una sola cosa.

Puede que la falta de racionamiento en algunas situaciones no sea culpa nuestra morfológicamente hablando, pero no podemos excusarnos siempre… ese es el camino fácil y mediocre. Es cierto que algunos apellidos han desarrollado alguna enzima que contrarrestare este atraso evolutivo y degenerativo que sufren algunos humanos. También es cierto que mediante el entrenamiento de la razón podemos contrarrestarlo, pero es triste cuando tienes alguna de estas armas o más triste aún teniendo las dos, dejas que las emociones animales e irracionales dominaran tu ser. Olvidando por completo lo correcto y lo incorrecto, ya que existe una evolución de pensamiento disfrazada de: globalización o desarrollo cultural; el cual descompone tus ideas convirtiéndola en verdad-escusa colectiva arrastrándote a un corto camino de éxtasis y frenesís que no tiene freno, pero todavía conservas una idiota frase: “la vida nos da segundas oportunidades”, pero ese idiota no ha pensado que sólo tiene una vida, no dos. Corresponde a cada uno de los seres humanos cargar con esa pena o error sobre sus hombros, y que lo diga Apolo, que ya debe de estar cansado - ¿Será por eso los terremotos?, el cansancio de un hombre que tiene a su cuesta una culpa y cada vez que quiere desasearse de ella ocasiona miles de tragedias. 

Pensemos…

Recuerdo que en una entrevista laboral que he tenido hace un par de días, un joven se preguntó – ¿Por qué existen personas que tienen todo en sus vidas para ser exitosos y felices y lo arriesgan tras de nada? – y le dije – simplemente es la actitud que uno desea tomar frente a la vida, en que ser desea convertirse, y hoy agrego: que es la falta de plan o visión (y me refiero a largo plazo tanto profesional como familiar) que se puede tener uno mismo de lo que puede ser capaz de alcanzar. Falta de autoestima. Donde siempre guardaron esa confianza de sí mismo, para utilizarla no sé en qué momento, y, falta ver que la utilicen. De saber que esa decisión que pueden tomar en un momento tan prematuro de su vida, sin la experiencia de las batallas ha de ser la correcta; no pudiéndose explicar fácilmente (miedo); donde el tiempo dará la razón, ya que saben que están en el camino correcto pero quieren probar las equivocaciones como si el equivocarse apropósito fuese la pandora a la verdad. Ésta es simplemente, absoluta.

No olvidemos que la vida es una sola, que sólo estamos de paso, y que eso no significa que podemos cagarnos la vida tanto propia como la de los demás con actos irresponsables, sólo por querer equivocarnos; para saber que la verdad que sabíamos, era verdad.

2 comentarios:

Javier Pimentel dijo...

Bueno, tienes razón, pero aveces cometer errores no es en el fondo, un desenlace tan malo, aveces lo peor es no arriesgarse por tener miedo a cometerlos. Las consecuencias son muchas veces menos dañosas de lo que uno imaginó.
Yo aveces me he dado cuenta, con muchos de los errores que he cometido en mi vida, (como dice un escritor Colombiano bien teso) que en ciertas ocasiones: Los medios aveces justifican con creces el fin.

Javier Pimentel dijo...

Oye algo pasa con el Counter. No está marcando.