jueves, 19 de marzo de 2009

LA MEJOR CENA.

Son cinco pasos, dale y llama: dije. Digito…, el corazón late más rápido que el de un colibrí, y no es taquicardia, sólo el hecho de oír tu voz. Sabes que es así.

- A las 7 p.m., ¿puedes? -pregunté.

- Bueno pero me llamas cuando estés cerca para bajar.

- Vale, un beso.

- Chao.

Corro… Arreglo el cuarto. Me baño. Le robo las cremas a mi hermana. El perfume que mi papá no deja que use me lo rocío; menos mal no están en casa. La cocina, alistándose para ser testigo de las nimiedades de un hombre por tratar de impresionar, pero sin delantal: como el equilibrista sin red protectora. Llega el momento…, luces encendidas, sólo las necesarias. Parto en mi corcel azul. Que largo es el camino, y sé que vive cerca. Llegué. La mujer más bella de la noche desciende unos escalones que parecen nubes, pero mi delirio ve unos ángeles escoltándola, no dejan que me acerque, saben que puede estar cavilando mi caja de pandora. Mi mandíbula sólo colabora para articular el saludo. Abro la puerta, voy en busca de halago no verbal, sólo consigo una sonrisa, pero es mucho…

Llegamos a la casa, 7:38 p.m. Había dejado el salmón a descongelar, los sartenes estaban esperándome ansiosamente para complacerme y dejarme lucir. La mantequilla bailaba en el teflón contenta, sentía el calor de mis manos al cocinar, pero también "Nessun Dorma" de Pavarotti ayudaba en el ambiente. Abro la nevera como diciendo –sé exactamente lo que hago- tomo los ingredientes del "salmón a la Jose". El piloto se encuentra abierto a dos cuartos, la mantequilla no se quejaba por la temperatura, salieron las copas de vino blanco sin mencionar lo contenta de la botella, expresaba la lujuria que quería provocarnos… contrariamente a su temperatura. Se vierte la cantidad necesaria en las copas. Ella recostada al mesón de la cocina quiere ayudar, pero no la dejo. Solo soy yo, y mi orgásmica cena.

-¿Te gustaría una ensalada en la entrada? -pregunto- Te puedo asegurar que te va encantar.

Responde con un ceño en ceja diciéndome: la batuta es tuya.

Las verduras salen a formación cual pelotón. El cuchillo y la tabla de corte reconocen su participación. Ella sólo observa: conspiraron todos estos contra mí, hasta su familia. En un pequeño tiempo corto los ingredientes, caliento adecuadamente el plato principal, sabe de la importancia de él. Agrupo las especias que darán el toque final, sin faltar las aceitunas. Hace un minuto empezaba a hacerme barras Matt Nathanson con "Romeo and Julieth".

La cocción ya estaba lista, los cubiertos y platos corrieron para albergar la calentura. La botella de vino todavía quería participar del momento. Pasamos lentamente a la segunda planta, ella observaba que realmente cociné todo eso y, no era nada, olía bien. Llegamos a la puerta de otro mundo, mi mundo. Las aventuras de cuentos de hadas, de safaris intergalácticos se habían acabado; hoy terminaban. Nos sentamos frente a la T.V. en mi cama. La temperatura se encontraba a unos 16° C, pero la de mi cama estaba cálida. Se degustó de la entrada, quedó deliciosa. Pasamos al plato principal, pero el vino nos llamo con anterioridad -debemos brindar- la mirada realizó el discurso de la noche; los cubiertos trabajaron por cuestión de unos 15 minutos, sólo existía el silencio en el momento, como siendo el preámbulo del bullicio insonoro. Llegó la canción que iba a decirle lo que sentía, "I´m yours" de Jason Mraz, pero ya mi cara recorría el camino a su cara en busca de sus labios. Se dio. Todo se confabuló. El caudal de pasión no tenía meandro alguno. Mis manos parecían ocho, unas acariciaban suave y otras duro sin lastimar, mi respiración solo la escuchaba ella, sólo quería que fuese ella, mis labios llegaron a sentir el calor de detrás de su oreja, solo mi respiración la contrarrestaba. Los ángeles del recato se fueron, y de la situación se hicieron cargo los de lujuria. Que noche… hasta Vicente Fernández cantó "Nos estorbó la ropa".

El postre lo pongo yo: dijiste.

No dormimos esa noche.

3 comentarios:

Javier Pimentel dijo...

Lamento ser tan prosaico, pero espero que el postre haya valido la pena. Te esforzaste.

Un saludo.

astry dijo...

MI CENA JAMAS LA RECIBI..JAJAJAJA ESA ME LA DEBES JOSE ALFREDO....
PERO ESTUVO MUY BUENA ESA....

Zulma Escorcia dijo...

Jose, me encanto tu relato, muy costeñizado pero muy autentico, bastante explicito y sobre todo combina algunos factores que caen en lo risible y sobre todo admirable. Buena me gusto!!!!!