martes, 15 de septiembre de 2009

MI PRIMERA VEZ.

No sé cómo empezar, en ocasiones éste tipo de temas siempre hacen de un hecho que hoy es común; un tipo de burla que calla la valentía de unos minutos.

Nunca pensé que fuese a ser tan pronto en mí. Tampoco fue por una experiencia contada. Simplemente pasó…

No importa la fecha, únicamente el ¿cómo?

No cabe duda, el internet se ha ganado un espacio en todo… el juego de la botella queda en un segundo plano, ya no tiene uno que esconderse en la sombra de la parte de atrás de la casa, que ni los papas vestidos de Indiana Jones queriendo encontrar.

Había escuchado que el amor no tiene frontera, ¡pero que la botella tampoco…! eso es nuevo para mí. Me encontraba disque estudiando, pero siempre se encuentra el chat del MSN abierto. Saluda en la noche ella con una efusividad que llama la atención – Hola corazón, ¿espero la estés pasando bien…? acá te extrañan – pero me pregunto el por qué en plural.

  • ¿Quiénes? – Pregunté.
  • ¿Ya te olvidaste de ellas? - respondió.
  • Pues como me voy a olvidar de ellas sino sé de quién me hablas - inocente yo.
  • Pues ellas - Mostrándome por medio de una cámara web sus dos senos.

La cámara no podía enfocar bien, dado que ella también se sorprendió de lo grande y hermosas… después de un momento la pobre lente de 1 MegaPixel pasó a ser de 10 MegaPixeles, definitivamente esa es la mejor forma de conseguir adelantos tecnológicos. Mi cara de pendejo únicamente fue percatada por una persona, la única mujer que se encontraba en el cuarto, pero desconocía el por qué tenía esa cara de idiota; sin mencionar que siempre la tengo puesta. Los lagrimales estaban llorando de alegría y haciendo el mayor esfuerzo para no tener necesidad de parpadear, sabían de la importancia que tenían esos minutos para mí; mi primera vez. Moviendo sus manos alrededor de la aureola olímpica que adornabas sus pechos, mis pantalones empezaron a preguntarme qué podían hacer, pero se lo dejé todo al libre albedrio.

No se encuentra nadie cerca de ti, ¿Cierto? – preguntó.

-Absolutamente nadie - respondí.

Me desplacé a mi habitación.

La habitación se encontraba desolada, mi preocupación por el paparazzi que pudiera entrar en cualquier momento estuvo por corto tiempo, el cerrojo de la puerta fue mi escolta personal.

No sé qué continente fue el que se cruzó, pero de lo que estoy seguro es que mi mente viajó sin escala nuevamente a tu habitación, recordando tus sabanas blancas y cubre lecho azul el cual yo te ayudé a elegir en aquel almacén sueco, sin mencionar lo difícil que fue el dome del lado derecho del colchón y los brincos de rebeldía que daban las almohadas, pero seguro de que era el cielo, y no por lo blanco de las paredes, únicamente por tú vivir ahí. La pijama rosada que tenias puesta, digna de toda una geisha en todo el sentido de la palabra, lograron que mis manos recordaran el roce de tu piel despellejándote de esa capa rosada la cual no te pertenecía, ni a ti ni a mí, únicamente al closet o a la lavadora. Como olvidar el profundo silencio de tu hogar, hasta la respiración era un escándalo, ni los novios quinceañeros, ni el ladrón más especializado hubiese hecho el silencio que los dos logramos en una noche haciéndonos expertos, tanto del manejo del sonido, la utilización correcta de dos cuerpos y, hoy en día, en la utilización correcta de la tecnología para el avivamiento del fuego.

Pero definitivamente las emociones no se pueden sentir de una manera igual, pero si se pueden recordar como aquel momento. Son otras, son diferentes, pero igualmente emocionantes.

¡Me encantó hacerlo contigo y quiero ...!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

parece q hubiese sido ayer...yo tambien quiero...

Daniel Bacca dijo...

Viejo buena narración.

te invito a mi blog www.meimportauncarajosimelees.blogspot.com

Att; Daniel Bacca